lunes, 2 de junio de 2014

Reseña: A Medianoche


Título original: Midnight Bayou
Autor(a): Nora Roberts
Saga: --
Editorial en inglés: Jove
Editorial en español: Random House Mondadori: Sudamericana
Fecha de publicación original: 24 de febrero de 2014
Fecha de publicación en español: 2014
Traducción: Matuca Fernández de Villavicencio
Número de páginas en inglés: 368
Número de páginas en español: 367
Encuadernación en inglés: paperback; hardback
Encuadernación en español: paperback

Sinopsis de la contratapa:
 
 

Son los últimos días de 1899. La joven Abigail vive con su suegra y su hija en la enorme mansión de la familia de su esposo. Espera ilusionada la llegada de su marido Lucian, heredero de toda la fortuna de los Manet. De pronto, el envidioso hermano gemelo de Lucian ataca a Abigail para aprovecharse de ella y la mata.Más de cien años después Declan Fitzgerald, un joven y adinerado abogado de Boston, decide comprar y renovar Manet Hall, la magnífica mansión donde murió Abigail. Tomando una copa en un bar local conoce a Lena, de quien se enamora a primera vista. Aunque Declan adora la casa que acaba de adquirir, oye extrañas voces y tiene alucinaciones. El pasado terrorífico de Manet Hall pondrá a prueba el amor de Declan y Lena, y ambos deberán demostrar que son lo suficientemente fuertes y maduros para enfrentarse a su destino...

Mi opinión:

Si Nora Roberts se convierte en mi autora fetiche, lo único que quiero decir es- lo avisé.
Declan es un joven abogado de una familia adinerada de Boston, con una vida asegurada. Sin embargo, eso
no le impide no sólo comprar la mansión casi destruida de Nueva Orleáns que lo llama desde hace más de diez años, el Manet Hall, que ha estado pasando de mano en mano mediante subasta y sin que nadie se la quede por mucho tiempo por más de un siglo, sino además mudarse a ella inmediatamente, al mismo tiempo de comenzar las remodelaciones. Él mismo. Porque este niño rico de Boston no se halla detrás de un escritorio, sino con un cinturón de herramientas y un martillo en la mano.
En Nueva Orleáns encuentra a su mejor amigo de toda la vida y hermano por elección, Remy, y a la novia (y futura esposa) de éste, Effie; y por ellos conoce a Lena.
Angelina, conocida como Lena, es la dueña y gerente de un fructífero bar del centro de Nueva Orleáns, bellísima, autosuficiente y terca. No tiene ninguna intención de dejar acercarse a un hombre bajo circunstancias distintas a las que ella tiene planeadas, ni por un mayor período de tiempo, y sobre todo, no está dispuesta a que nadie cambie su forma de vida.
Y entonces llega Declan, todo encanto y persistencia y sex appeal, y ella está segura de que puede manejarlo. Pero resulta que le sale un poco mal.
Sin embargo, el Manet Hall esconde una historia entre las habitaciones del segundo piso y las dependencias del servicio. Aquel fue el hogar de una familia rota, donde Lucian Manet osó desposar a una de las sirvientas contra la voluntad de su madre; donde su gemelo, Julian, tomó lo que jamás fue suyo sólo por el placer de hacerlo, y donde la madre de ambos hizo lo mejor para sí misma y lo encubrió. Y en el pantano de la casa yace Abigail, forzada a abandonar a su esposo Lucian y a su hija recién nacida.
La casa no está tranquila. En medio del caos de llantos de bebé, campanadas a medianoche que no proceden de ningún lado, portazos y corrientes heladas, Declan está decidido a hacer de esa casa su hogar, como debe ser. Incluso si antes de ello tiene que resolver lo que otros, un siglo atrás, no resolvieron. Y Lena es una parte fundamental de la ecuación, tanto de la historia del Manet Hall como de su vida.
Lo único que leí de la autora antes de esto fue Álbum de Boda, y aún así puedo notar que hay ciertas cosas en sus personajes que puede se repitan, más que como un patrón, como una marca personal.
Roberts crea, como dijo Alexandra Alter, “heroínas imperfectas, no vírgenes modelo”. Sus mujeres son eso, mujeres, y unas muy realistas. No son la muñequita que se espera que sean, sino mujeres fuertes, tal vez un poco testarudas, que saben lo que quieren y cómo conseguirlo, y que en el camino, se equivocan. Y eso está bien.
Sus héroes son más que meros acompañamientos. Acá, por ejemplo, Declan es el protagonista indiscutido, y es un hombre real, con problemas reales y cuestionamientos reales, que ama a una mujer real que no parece estar interesada en amarlo. Pero no está dispuesto a rendirse.
Declan va rápido, es cursi, utiliza todas las tácticas incorrectas, la asusta, la persigue. Lena no quiere ser perseguida. No de ese modo, al menos. Se enojan. Se gritan. Se pelean. Se evitan. Luego se ven y se besan. Son perfectamente capaces de mantener una discusión afilada y aún así quererse, y no dejar que haga mellas.
Su química es una muy particular, pero también muy acertada. Lena no es en absoluto lo que todo el mundo imagina para Declan, y Dios sabe que Lena no quiere nada. Y sin embargo, acá están. Se atraen el uno al otro como imanes, y no se trata sólo del pasado que comparten. Que lo hay.
No se trata de que Declan o Lena agraden o no. De hecho no tienen que hacerlo. Lena, por ejemplo, no me cae del todo en gracia, aunque sí puedo identificarme con ella en algún punto de su forma de pensar. Declan no es el tipo de hombre que a mí personalmente me atrae. Y sin embargo, eso no hace que se me presenten menos reales. Tienen cualidades que admiro, pero lo que más admiro es que me resultan convincentes.
Todos los personajes que rodean a Declan y Lena son igual de creíbles, e incluso puede que todavía más queribles. Remy y Effie son sencillamente adorables, y Declan entabla con Effie una relación de camaradería y confidencia compinche que enamora. Es una relación de cuñados completamente platónica, y creo que esa es la mejor parte.
Conocemos también a la Señorita Odette, abuela biológica y madre de corazón de Lena. Es, lisa y llanamente, la mujer que todos queremos como abuela.
No sabía cómo encarar la reseña para no dar spoilers ni restarle encanto a la hora de que lo lean, y al mismo tiempo plasmar por qué esta es una historia tan particular y única; así que me decidí por contarles muy por encima lo que se van a encontrar- vidas pasadas. Un poquito de reencarnación. Pero no crean que con eso tienen el panorama completo, porque incluso esperando esa pieza de información, eso mismo tiene sus propias vueltas de tuerca, sus ciertos plot twists, que no dejan de sorprender.
Algo que destaco de Nora es, claramente, su pluma. Lo cierto es que a lo largo del libro no sucede gran cosa- se trata, más bien, de una sucesión de hechos (más o menos) de la vida cotidiana, mezclada con algún que otro episodio sobrenatural y eventuales cameos del pasado, y sin embargo, se pasa en un suspiro. Es rematadamente sencillo introducirse en la vida y la mente de nuestros personajes. El POV (o point-of-view, punto de vista) cambia continuamente pero con claridad y fluidez, lo que nos permite apreciar las situaciones desde una amplia gama de perspectivas, haciendo de la lectura una experiencia de trescientos sesenta grados.
A Medianoche es una historia de amor (que en realidad son varias convergiendo en una) con tintes de suspenso y alguna sutil pincelada sobrenatural, en el que aprendemos que si bien no se puede cambiar el pasado, sí se puede solucionar el presente, y que presenta con sencillez el estilo de la autora- ligero, pero no por ello menos profundo.
¿Lo mejor? Es emotivo a su manera, sin empalagar, y corta con episodios que ponen la piel de gallina.
¿Lo peor? No creo que haya algo “malo”. Hay, sí, cosas que pueden agradar o no dependiendo de quién lea, pero creo que en el sentido general, es un libro disfrutable para cualquiera.
¿Lo recomiendo? No puedo decir (aún) que sea lo mejor de la autora; pero sí puedo decir que me gustó muchísimo, y que creo que a ustedes también podría gustarles.
Calificaciones:
Redacción: 4.5/5
Ritmo de lectura: 5/5
Concepto general: 5/5
Originalidad: 4.5/5
Desarrollo: 5/5
Ambientación: 5/5
Personajes: 5/5
Desenlace: 5/5
Calificación general: 4.9/5
Portada y edición: 4.5/5

Sobre la autora: 

Nora Roberts, la autora número 1 en ventas del New York Times y «la escritora favorita de América», como la describió recientemente la revista New Yorker, comentó en una ocasión: «Yo no escribo sobre Cenicientas que esperan sentadas a que venga a salvarlas su príncipe azul. Ellas se bastan y sobran para salir adelante solas. El "príncipe" es como un extra, un complemento, algo más, pero no la única respuesta a sus problemas». Trescientos millones de ejemplares impresos de sus obras avalan la complicidad que Nora Roberts consigue establecer con mujeres de todo el mundo. El éxito de sus novelas es indudable, y quienes la leen una vez, repiten. Sabe hablar a las mujeres de hoy sobre sí mismas: sus lectoras son profesionales, fuertes e independientes, como los personajes que crea en sus libros, y sus historias llegan a un público femenino muy amplio porque son mucho más que novelas románticas.