Bueno, así me siento ahora.
Yo estaba acostada (en una siesta que llevó de las cuatro y media de la tarde a la una y media de la madrugada), cuando de repente me despierto y escucho un sonido... Un sonido... Una especie de ruido ruidoso... Que suena... Haciendo un ruido de... ¡Harry Potter! ¿Podría ser? ¿¿Sería eso posible?? Era ese ruidito -como una especie de *fiiiuuumm... fumm fiiuummmmm*- que hace la banda de sonido cada vez que Harry entra o sale de la mente de Voldemort. Lo reconocí. Estaba a tres habitaciones de distancia, y lo reconocí. Entonces hice accio a mi pantalón, me lo puse con wingardium leviosa, hice aparecer sobre mí un suéter, y salí volando en mi Nimbus 2002 hacia el comedor. Y cuando llegué... Cuando llegué se me paró el corazón. Ahí estaba mi tío, sentado en frente del televisor, y en la pantalla... Congelada la cara de Bellatrix Lestrange, parada en el medio del pasillo, apuntando con un dedo nudoso terminado en una uña afilada al duende de Gringotts.
"Menos mal que te levantaste," me dijo mi tío, "ver Harry Potter no es lo mismo sin vos. No quise despertarte. Apenas lleva trece minutos empezada, no es nada" (no es un chiste, me dijo todo es realmente).
Así que fui corriendo a la cocina, me preparé un vaso de chocolatada, agarré un paquete de Oreo y me senté, dispuesta a contemplar las hazañas del niño que vivió.
De más está decir que volví a llorar al final, mientras a lo largo de toda la película se me iban cayendo lágrimas solitarias. Pero al final... Ah, al final lloré en serio. A partir del momento en el que vi a Fred, el bromista Fred, tendido sin vida en el suelo, simplemente no pude contenerme. Y después Lupin, y Tonks... Y recordé a Dobby... Con sus enormes orejas y medias dispares, idolatrando a Harry por sobre todas las cosas...
Pero lo que más me llegó fue, contra todo pronóstico, la música. ¿Recordás esa música, tocada con piano? Una melodía simple, sencilla, pero tan reconocible como los anteojos redondos de Harry, o su cicatriz con forma de rayo. Esa melodía que nos acompaña desde el inicio mismo de los tiempos de los Potterfanáticos, desde La Piedra Filosofal, y al final de cada una de las películas... *Tin tintin tirintín tin tin tin tin, tin tín tirintín tin tinnn...* No sé si me explico. Pero esa melodía, por más que por escrito sea irreconocible, te aseguro que si la escucharas te llegaría al fondo del alma.
Como iba diciendo, después de esa imagen gloriosa de Harry, Ron y Hemione, juntos, en la estación de King´s Cross, despidiendo a Rose, Albvs Severus y James Sirius, y todavía con Hugo y Lily Luna... Justo después de eso, cuando la pantalla se oscurece de a poco, y los rostros de nuestros héroes se esfuman para no volver, y la música empieza a sonar... Todo lo que pude pensar fue "se terminó. No hay más. No es justo, no puedo creer que no haya más", algo que ya había pensado, pero en momentos de shock. En el cine, por ejemplo. Pero ahora, plenamente consciente, caigo en la cuenta de que realmente se terminó. No más libros, no más películas. No más spin-offs. Lo único que nos queda es Pottermore, que no me envía la lechuza de aceptación.
Y durante el trayecto de la película, hablando con mi tío, y en relación a la magnitud del alcance mundial y en el espacio-tiempo, terminamos comparándolo con Los Simpsons. En cierto punto, es un halago. Quiero decir, son un clásico, y no hay persona en el planeta que no los conozca, y en ese sentido me enorgullezco de Harry por haber sido comparado con la serie de Matt Groening en ese aspecto.Pero la diferencia que hace que me irrite esta comparación es más trascendente: HP nos deja un mensaje. Donde en Los Simpsons vemos únicamente a un vago alcohólico, a una madre mandona, a un hijo problemático, una hija sabelotodo y otra que no aporta NADA a la trama, en HP es muy distinto.
Harry nos enseña a distinguir entre el bien y el mal. Ron, a enfrentar nuestros miedos. Hermione, que la sabiburía puede salvarte en momentos peliagudos. Fred y George, que está bien divertirse de vez en cuando. Neville, que a pesar de todos los golpes que puedas haber recibido, siempre vas a poder levantarte y seguir luchando. Dobby nos enseña de lealtad. Sirius, a luchar por lo que querés. Dumbledore nos enseño el poder del amor. Snape, que nunca es tarde para hacer la elección correcta.
Nosotros peleamos contra Voldemort. Estudiamos con Hermione. Jugamos al Quidditch con Ron. Cuidamos criaturas con Hagrid. Reímos con Fred y George. Compartimos el valor de Neville. Entendimos el poder del amor con Snape. Hicimos todas las elecciones equivocadas con Draco. Trabajamos con Dumbledore "por el bien de todos". Nos rebelamos contra Umbridge. Y confiamos y creímos en Harry hasta el final.
Como ves, el argumento que usa la gente que no vivió esta pasión para desprestigiar al género, a la autora y a la historia, que "la magia no existe", carece de fundamentos. Es verdad que no podemos hacer levitar cosas. No podemos convertir puercoespines en alfileteros. No podemos encantar objetos para que vengan volando a nosotros. No podemos hacer pociones de amor. No podemos convocar un patronus con forma de animal para que nos defienda de nuestros miedos. ¿Pero y esto? ¿Qué es esto? Éste movimiento, este estilo de vida que se creó alrededor de siete libros. ¿Esto no es magia? Porque si esto no es mágico, no sé que lo sea. Dumbledore lo dijo una vez: "La magia más poderosa que existe no reside en ninguna varita, sino el el corazón del mago. El amor es la magia más poderosa". Ahora, ¿podés seguir diciendo que la magia no existe sin mentirte a vos mismo?
Ahora ya terminó, y lo único que podemos hacer para agradecer a Joanne Kathleen Rowling por todo lo que nos dio es no olvidarlo. Llevar a Harry siempre con nosotros, y no perder al menos esa enorme parte de nuestra infancia y adolescencia. Recordar estas lecciones de vida que nos dio, aunque no todo el mundo las entienda. Llevarlo con orgullo, justo como si lo tuvieras tatuado en la frente. Y pobre del que no lo comprenda, porque significa que no es capaz de ver más allá de lo obvio.
¿Y saben qué? Pensando todo esto, estoy teniendo una epifanía: Harry Potter no se terminó. Harry Potter va a seguir viviendo y creciendo en nuestros corazones, desde el momento en el que lo hicimos parte de nosotros.
7 libros. 8 películas.10 años. Es imposible que lo olvidemos.
J. K. Rowling, gracias por todo... |
(Abajo de cada uno, algunos de los comentarios más destacables).