Reseña: Pointe

Theodora esta mejor.... Esta alimentándose otra vez, volvió a salir con chicos casi adecuados, y esta en carrera para convertirse en una bailarina de elite. Pero cuando su amigo, Donovan, aparece luego de haber estado secuestrado durante cuatro años, se ve sacudida por sucesos y recuerdos del momento del secuestro. Y del secuestrados... 

Donovan no dice nada sobre lo que vivió en su cautiverio y, aunque Theo sabe que ella no es culpable de lo sucedido, decir la verdad podría poner en peligro todo por lo que tanto luchó: su figura, su carrera en el ballet, su reputación, ¿su amor? ¿Es la traicionada o la traidora? Nadie sabe su secreto. Hablar sería terrible. Pero callar puede ser mucho peor.

El 95% de la razón por la que compré el libro, siendo el otro 5% la promesa del ballet, que me resulta fascinante a pesar de que jamás lo consideraría para mi vida. En fin, volviendo a lo que nos compete: la portada es una belleza, el diseño de interiores es una belleza, súper cuidado, y la única razón por la que me gusta tenerlo: se ve bonito en el estante.

Es raro que un libro no me guste. Es infrecuente, por suerte, porque no me gusta tener que escribir reseñas negativas y menos me gusta no amar lo que leo.

Como me pasó con este libro.

La sinopsis dice lo primero que tienen que saber: Theo aprecia más su figura pública y su reputación que a su mejor amigo. Esto fue lo primero que me sacó de quicio sobre ella. Lo segundo, que es pretenciosa y decididamente snob. Lo tercero, que además es mala. Y no digo mala en el sentido de "tiene unas ideologías un poco torcidas, cree que está haciendo lo correcto y no ve que perjudica gente", sino mala en plan "ya sé que te estoy lastimando y realmente no me importa en tanto y en cuanto consiga lo que quiero". Desarrollemos.

Donovan, el mejor amigo en cuestión, desapareció hace mucho tiempo (¿meses? ¿un año? ¿dos? Honestamente, no lo recuerdo) bajo circunstancias nada dramáticas: simplemente se fue. Ni gritos ni secuestros de automóvil, tan solo la mismísima nada. Theo fue la última persona en verlo, pero no tiene ni la menor idea de dónde podía estar. Cuando vuelve, Donovan tampoco le dice nada -de hecho, no le habla en absoluto. La policía descubre con quién estaba, y resulta que Theo conocía al supuesto secuestrador... íntimamente.

Ahora bien, necesitan a alguien que declare determinadas cosas (ciertas, claro está) sobre este muchacho, a quien nos referiremos como Chris (porque ese es su nombre). Y todo el libro está basado en el hecho claro de que Theo prefiere que el misterio quede sin resolver a que un número de gente sepa un par de cosas sobre ella que puede o no hacer que la miren un poquito mal. ¿Qué es el sistema judicial cuando tu reputación está en juego?

Y es claro que el asunto de las reputaciones le interesa bastante, porque no tarda ni medio segundo en hacer juicios de valor sobre cualquiera. Poco importa la diversidad de opiniones: la única música que es música es la que ella escucha, y una persona tiene o no valor dependiendo de sus estándares, y nadie, repito, nadie, puede siquiera insinuar que conoce nociones básicas sobre ballet, porque, según ella, sólo puede mencionar la palabra ballet aquel que haya pasado un mínimo de ocho años encerrado en un estudio.

Paralelamente, refuerza la idea de que sus intereses son los únicos que valen: si el chico con el que se encaprichó lleva dos años saliendo con alguien buena para él, si están enamorados, y si la chica en cuestión no le hizo nada malo a nadie... ¿a quién le importa todo eso? Ella lo quiere más. No importa cuánto lo quiera la otra persona, ella lo quiere más, y eso le da absoluto derecho a arruinar cuantas relaciones le parezca conveniente. (Y no, con esto no justifico al muchacho en cuestión, léase, Hosea Algo, que se portó igual de mal que ella). Y es más: nunca nada no es sobre ella. Las cosas son muchísimo más grande que ella, tanto que su existencia resulta irrelevante en casi todos los aspectos, y aún así no puede ver que no todo es sobre ella.

Con una protagonista distinta, el libro me habría podido encantar, pero desgraciadamente, con una protagonista distinta no habría sido el mismo libro. Las cosas no hubiesen sucedido de la misma manera si Theo actuara de forma lógica y mínimamente considerada, porque todo esto parte del pilar de que Theo es un poco idiota.

Me gustan los libros realistas. Ya sé que no siempre se nota, porque me la paso leyendo sobre elfos y vampiros y demás seres, pero también disfruto un libro realista cuando es verdaderamente realista. El problema es que, si tengo que tratarlo como un libro realista, Theo sería el ser humano más egoísta del universo, y no hay forma en el mismo de que disfrute leyendo sobre un personaje así. Me parece también que ciertas cosas, como el desorden alimenticio (y lo digo porque aparece en la sinopsis) fueron sacadas de la galera y más para generar efecto -dun dun dun dunn- que porque aporten algo a la historia de manera sustancial. Lo mismo hubiera sido que no pase nada; nadie lo habría extrañado, y Juniper Hill (la institución a la que la envían) bien podría haber sido la granja de su tía abuela Matilda.

Tiene plot twists, tiene cosas puntuales que surgen efecto y uno se queda un poco patidifuso, pero una historia que prometió romperme en realidad solo me hizo enojar. Nadie puede ser tan egoísta, tan ególatra, y si se puede, si esa persona existe, entonces no quiero conocerla. Ojalá no la hubiese conocido. Ojalá no hubiese conocido a Theo.

Toda la parte del secuestro es la que rescato. Cómo se dio y lo difuso que es, y cómo se va revelando de a poco. Eso es otra cosa: la información es dada con cuentagotas, y no resulta fácil adelantarse a los acontecimientos. Y la pluma de Colbert es muy agradable, y no descarto leer otras cosas que escriba... siempre y cuando no incluyan a Theo.

Es frustrante, y no de la manera positiva. La única manera de que no lo odie por completo fue leerlo irónicamente y llenarlo de anotaciones sarcásticas, para después pasárselo a amiga que también lo leyó irónicamente. Lo último que me queda por decir es: léelo bajo tu propio riesgo.