sábado, 12 de diciembre de 2015

Reseña: Sueños de dioses y monstruos




La joven Karou ha tomado el control sobre la rebelión quimérica y ahora el futuro de su raza depende de ella, si es que aún queda futuro para las quimeras de Eretz, una tierra asolada por la guerra. Pero, cuando el brutal ejército de serafines de Jael traspasa al mundo humano, lo impensable se convierte en esencial: Karou y Akiva tendrán que unir sus ejércitos para luchar contra su enemigo común.
Esta unión de ambos ejércitos es una versión alterada de su antiguo sueño, donde ángeles y quimeras conviven juntos, en paz. Pero ¿habrá lugar en este nuevo orden del mundo para el imperdonable amor entre un ángel y un demonio?
Desde las calles de Roma hasta las cuevas de los kirin, humanos, quimeras y serafines lucharán, amarán y morirán en un teatro épico que trascenderá el bien y el mal, la amistad y el odio. Y, más allá de las fronteras del espacio y el tiempo, ¿qué sueñan dioses y monstruos?



Esta trilogía tiene probablemente la maquetación más bonita que Alfaguara haya hecho jamás. Extremadamente cuidada y detallista, súper prolija, claramente corregida. Es uno de esos libros que uno quiere tener en su biblioteca independientemente de la historia que cuenten. ¡Y los tres libros combinan! Hoy en día, una rareza.





Había leído Días de sangre y resplandor hace mucho tiempo (casi dos años, ni más ni menos), y al principio me preocupó estar perdida y no entender nada. Me alegró notar que la historia misma te lleva de paseo por los eventos anteriores, y se ocupa de que entiendas todo lo que tengas que entender... a su debido tiempo.

Estoy verdaderamente impactada con la complejidad de la trama. Viéndolo ahora, en retrospectiva, quizá no lo parezca tanto, pero mientras se lee da la sensación de estar inmerso en un millar de vidas distintas, en mundos distintos, y es que es así. Es también, este tomo más que los otros, una historia muy filosófica y muy metafísica, y esto, sumado a la cantidad de personajes y vidas que acompañamos en paralelo, lo convierte en un libro denso. Y con denso no me refiero a lento ni pesado, sino a compacto, con mucha información contenida y entregada en un flujo continuo. Son pocos los momentos en los que podemos olvidar la naturaleza de la situación, porque lo envuelve todo. No hay tiempo para preocuparse, ni para ser romántico, ni para nada, aunque todo eso (y más) se mantiene latente bajo la superficie. La guerra entre el ejército de Jael y los Ilegítimos llama a la acción; todo lo demás tiene que esperar.

Karou debe cumplir con su deber como resucitadora del pueblo quimérico. Ziri debe llevar adelante la farsa que vestir el cuerpo de Thiago representa, y guiar a las quimeras a una unión imposible: monstruos y ángeles luchando codo a codo, algo imposible sin la ayuda de Akiva, líder accidental de la rebelión serafina. Tras la muerte de Hazael, cuenta solo con Liraz como mano derecha, y tendrá que ser suficiente. Como añadido, están Zuzana y Mik, humanos hasta la médula, aunque más útiles de lo que ellos mismos habrían podido predecir, porque el intelecto, a veces, pesa más que la fuerza. Conocemos también a Eliza, el personaje que parece no encajar en ningún lado y finalmente lo une todo, así como a Scarab, la joven reina stelian que aún tiene mucho por descubrir. En el lado opuesto, el desagradable Jael y el ¿aún más desagradable? Razgut tienen sus propios planes. No sorprende, entonces, que uno tenga que tomarse la lectura con calma: sencillamente, hay demasiado por ver, y más aún por comprender.

No tengo reproches. Todo quedó cerrado, para bien o para mal. de una forma u otra, aunque no demasiado cerrado. No es, bajo ningún punto de vista, un final pensado para conformar. Tiene ejes de ternura y esperanza en el medio de un contexto bélico, y así como conviven ángeles y quimeras tienen que convivir sus emociones; esperanza y desesperanza, amor y odio, humor y cansancio, certeza y confusión. Nadie está muy seguro de lo que está haciendo, pero hacen lo mejor que pueden, y de eso se trata todo. Ningún bando es del todo bueno o del todo malo, y en Eretz, de poco sirven los estereotipos: la esencia, el alma de cada ser es única e individual, y no hay ninguna forma de conocerla que no sea... conociéndola. Y creo que, en el fondo, sobre eso es esta historia: darnos el lujo de llegar más allá de las apariencias y los juicios previos, y realmente ver.

No voy a decir que es una trilogía especial que me cambió para siempre, ni nada por el estilo, porque no fue el caso. Sin embargo, sí creo que puede hacerlo, aunque no lo haya hecho conmigo. Es complicada, y se aleja mucho de lo que estamos acostumbrados a ver en la literatura juvenil. E, igual que intentar conocer tanto a ángeles como a quimeras, merece la pena.



3 comentarios:

Tamine dijo...

Obvio que no leí porque "ALERTA DE SPOILERS" y no soy tú so.
PERO IGUAL CINCO PLANETITAS LA PREGUNTA ES POR QUÉ NO LEÍ EL PRIMERO TODAVÍA.

kitten dijo...

@Abbie: YO TAMPOCO ME SPOILbueno a mí misma sí, a otros no

Maii dijo...

AMO TANTO♡