TTT: Best bookish memories

¡Morning, folks!

Esta semana tocaba freebie, así que elegí uno de los de semanas anteriores (años, de hecho). Me quedé con este porque estoy de buen humor, porque acabo de hacer un pedido en Booky, porque el mundo es hermoso.

Este es el primero que se me vino a la mente porque es uno de los más divertidos: la primera vez que Abbie vino a Argentina, fuimos con Marti (siempre con Marti) a la Feria del Libro -una de las más grandes de América Latina, si no me equivoco-, y ahí se nos acercó una señora con mucho entusiasmo y nos preguntó "¿¿se quieren ganar un libro gratis??" Y allá fue Abbie, toda contenta, ella, y jugó un juego en la XBox, y ganó. Ganó las Normas Constitucionales y Tratados Internacionales. Es decir, un libro que no le sirvió para nada ni le va a servir jamás. Pero gratis, lo que se dice gratis, fue.

Fui varias veces al Ateneo Grand Splendid, que, dicen las malas buenas lenguas, es una de las diez librerías mas bellas del mundo, pero por algún motivo, la que mejor recuerdo es la segunda. La historia es que estaba buscando desesperadamente un ejemplar de Temblor, que quería leer hacía años y que recién había llegado al país y ya estaba agotado, y visité mil librerías y llamé a mil más y la única que lo tenia era ésta, y les quedaba uno. Y allá me fui yo, y lo tenían en el mostrador porque era mío y me estaba esperando y era mío, y yo tenía puntos de beneficio en la tarjeta de la librería por comprar como posesa y lo terminé pagando cinco pesos. Cinco pesos.

Este quizá debería haber sido el primero, but it is what it is. Tengo esta imagen vívida de haber terminado El principito por primera vez, a mis tiernos ocho añitos, y estar llorando desconsoladamente en el sillón del living, sintiéndome estafada y profundamente herida -mucho más de lo que una criatura de ocho años debería sentirse jamás. Y recuerdo a mi mamá viniendo a abrazarme, y contándome que ese ejemplar que yo tenía en las manos se lo había regalado su primer novio, al cual ella quiso mucho, pero que me lo regalaba, porque me quería mucho a mí. (Y llorar más fuerte aún.)

Este es mucho más vago, pero me pone igual de feliz: es una imagen particular de uno de mis libros favoritos de la infancia, uno que era más grande que yo y tenía cuentos de hadas y animales del bosque, y al final, actividades que hacía una y otra vez. Ese libro lo compró mi mamá cuando todavía estaba embarazada, así que fue uno de mis primeros regalos.

Otro regalo con historia: yo sentía una fascinación casi malsana por mi maestra de segundo grado, que también había sido la maestra de segundo grado de Mamakitten. Se llamaba Dolly. Así que, cuando yo estaba en tercer grado, invité a Dolly a mi fiesta de cumpleaños (y también a Susana, mi maestra de tercero, porque yo tenía favoritismos pero era muy educada). Y Dolly me regaló un libro de cuentos hermoso, que todavía tengo guardado a buen recaudo, y que se llamaba Flores y Cuentos y que quizá algún día les muestre más en detalle.

Este es corto, no tiene una historia emotiva, y probablemente haya sido igual para muchos de ustedes: la emoción del primer paquete libresco que les llega por correo. Con eso les digo todo.

Una de las experiencias mas hermosas y agotadoras de mi vida: la firma de libros de James Dashner. Hice cola muchas horas, hacer cola es una de las cosas que más detesto en la vida, pero estaba con mis bebas del Dreaming Team (casi todas) y le conseguí un ejemplar firmado a Abbie y la pasamos bien a pesar de todo. Y las amo. Y lo amo.

Este es relativamente nuevo y no tiene que ver necesariamente con la lectura pero sí con los libros, y también es muy corto. Saben ya que soy estudiante de Edición, blah blah, el año pasado cursé una materia en la que aprendimos a maquetar libros, y el trabajo final fue, claramente, maquetar un libro. No tienen idea del orgullo que se siente al ver salir el juego de primeras pruebas de la impresora. No se lo imaginan.

¿Tienen a alguien con quien se pueden juntar a no hacer nada, estar leyendo cada uno un libro distinto, y solo levantar la cabeza para comentar partes, y quedarse durante horas en silencio cómodo? Porque si no lo tienen, lo siento muchísimo por ustedes, y digo esto sin pizca de sarcasmo.

Otro reciente: hace solo semanas, Sol y Mai estuvieron de visita. Nos juntamos, por supuesto, y nos pasamos el día viendo libros y comprando libros y hablando de libros y comiendo... pizza. No libros. Aunque casi. Y es recuerdo a futuro, porque por ahora es muy reciente.



¡Se me hizo más largo que de costumbre! Nunca me dejen hablar de más porque pasan estas cosas.

En fin, me voy, que tengo cita con el veterinario (no yo, evidentemente; los cachorros) y hace calor y si la laptop sigue prendida se va a derretir y vamos a llorar.

¿Cuáles son sus mejores recuerdos literarios? :D

Atomic Kitten, fuera :3