jueves, 29 de octubre de 2015

Quote me on this #1: Las puertas del infierno

¡Hola, seres humanos y unicornios!

Hoy vamos a retomar una sección que deben recordar (o no) de los principios de este blog \o/

























La mayoría son más bien largas y dejé algunas afuera, pero es todo el libro así. Estoy muy enamorada.

Si no leyeron la reseña, la dejo por acá, así se terminan de convencer de leerlo <3

¿Cómo están yendo sus semanas? :3

Atomic Kitten, fuera :D

martes, 27 de octubre de 2015

TTT #2: Books that broke your heart a little

¡Hola, personas!


Iniciativa original de The Broke and the Bookish


La temática de hoy era freebie halloweenesco, pero lo cierto es que no soy la persona más adepta del mundo a esta festividad en particular y no sabría 1) qué lista hacer 2) cómo llenarla. Así que busqué entre los anteriores alguno que me complaciera yyy acá estamos.




El principito. Llegados a este punto, todos sabemos que lo voy a superar nunca. Me rompió el corazón a los ocho, y no deja de hacerlo de forma consistente desde entonces.


Sweethearts, de Sara Zarr. Ya les hablé de este en su momento; la primera vez que lo leí me quedé llorando media hora cuando lo terminé. Nunca lo releí completo, solo por partes... por ahora.

Metamorfosis en el cielo, de Mathias Malzieu. Lo agarré con desconfianza. Lo había comprado con dudas, sólo porque lo encontré extremadamente barato, y me tomó más de un año animarme a leerlo... y pasó lo mismo que con Sweethearts. Llanto desconsolado. Not pretty. La mejor parte fue que me tomó por sorpresa.

La cura mortal, de James Dashner. Nunca no voy a hablar de la muerte. Saben de quién hablo, y si no, ya lo sabrán.
Harry Potter y las reliquias de la muerte. Respuesta obvia pero obligada. Dobby, Fred. Tonks, Lupin, etcétera. You know what, scratch that. Harry Potter en general.
Artemis Fowl: El último guardián. Me quedé muy atrás con las reseñas de Artemis, así que no saben que ya la terminé y que me rompió. Fuerte.
Peter Pan. Inesperado, lo sé, pero el final siempre me puso bastante triste en las pelis y cuando leí el libro fue aún peor. Quiero un Peter. =(
Siempre, de Maggie Stiefvater. La trilogía entera tiene esa nota dulce y triste, y es un vaivén continuo de pasarla bienmal.
Ciudad de ángeles caídos, de Cassandra Clare, aunque no por las razones que ustedes creen. Clary me da igual, Jace me da igual, prácticamente todo me da igual. Lo que no me da igual es: 1) Magnus 2) Sebastian 3) Mark Blackthorn. Lo que verdaderamente me hizo daño acá fue Mark Blackthorne. Si voy a leer Lady Midnight, es solo por Mark Blackthorne (y Magnus, que es eterno). Mark Blackthorne.

Cinder, de Marissa Meyer. Príncipe Kai, y u not real?????????? ;A;





Started really serious, now we're here. Me fui quedando sin libros que de verdad me rompieran, así que incluí algunos que me rompieron en algún aspecto (y el número 10 es el más importante de todos).

¿Qué libros los rompieron a ustedes?

Atomic Kitten, fuera :D

domingo, 25 de octubre de 2015

K-Wave #1: Skeleton Flower

¡Buenas, buenas, buenas!

Ayer mismo subí una reseña (si quieren pasarse a verla, está por acá), y como tenemos más secciones que días de la semana y tampoco posteo todos los días, todavía no descubrí la agenda correcta. Estaba tratando de hacerlo día por medio, pero... siete días, y los martes son fijos. Veremos cómo hacemos.

En fin, que vamos a revivir una de las viejas secciones.

(Former EKaNH)

Me llevo su tiempo decidir si volver con esta sección o no, siendo como es un interés tan limitado para el total de... ustedes, la gente que me lee. Finalmente, decidí que independientemente de a cuánta gente más le interese (o no), no deja de ser algo importante para mí, y considero justo que tenga su representante en este blog.

Menos caótico, más ligero, menos frecuente, pero ahí. Y ahí se va a quedar. 

La idea es similar a lo que hacíamos antes, si bien menos intenso. Es como un mini WAJWA pero para Hallyu: reseñas de doramas (porque ya casi termina el año y con eso llegan las vacaciones, y con ello, tiempo libre, y tengo pendientes), música, aquello que considere pertinente (duh).

Hoy les quiero compartir una canción que me resulta imposible no considerar una obra de arte.

Jonghyun, el vocalista principal de SHINee, sacó el mes pasado su segundo álbum de estudio. Éste es una compilación de canciones que compuso y produjo para su show de radio, Blue Night, y entre ellas se encuentra esta canción que les quiero mostrar.

Al principio -la primera vez que la escuché- tuve problemas para congeniar con la canción. No le encontraba el ritmo, no le encontraba el estribillo, no me decía mucho. Fue a partir de la tercera vez que la escuche, en el colectivo, mirando por la ventana en un día bellísimo y soleado en el que estaba de muy buen humor, que la canción finalmente me llegó. Es así como les recomiendo que la escuchen: con los ojos cerrados o la vista perdida, tranquilos, sin prisa. 







Había leído la letra la primera vez que la escuché, aunque no la había entendido del todo (en la traducción, como en cualquier otra, se pierden muchas cosas). Ese día no estaba del mejor ánimo, y me resultó más bien indiferente. Fue solamente cuando la escuché en un momento en el que no debería haberme afectado en absoluto cuando entendí la magnitud de lo que este señor había creado. 

Me puse triste. En el colectivo, 11:00 a.m., ciudad de Buenos Aires, rumbo a mi clase favorita de este cuatrimeste. Cielo despejado. Probabilidades de precipitaciones: 0%.Y aún así, me puse triste.

Y lo maravilloso es que se me pasó ni bien terminó la canción. No era un mood swing, era la canción. Tuvo el poder para ponerme triste en un contexto en el que nada puede hacerlo, y ahora es una de esas canciones con las que tengo que tener cuidado, porque uno no siempre quiere terminar moqueando.

No sé si esto le pasará a todo aquel que la escuche, pero tengo la esperanza de que les llegue de una forma u otra.



¿Qué les parece la canción? ¿Tienen alguna otra que sea su receta personal para la cara larga en un día perfecto?

Atomic Kitten, fuera. 

sábado, 24 de octubre de 2015

Reseña: Las cuatro después de medianoche






Se trata de una compilación de cuatro relatos en su formato original, pero que en español fue dividido en dos libros con dos relatos cada uno: Las dos después de medianoche y Las cuatro después de medianoche. Por eso no puse sinopsis arriba; no hay; y por eso mismo voy a reseñar las cuatro historias por separado.

Mi edición en particular (hay unas cuantas) es la que hizo Sudamericana para la colección de La Nación. El total de páginas que figura arriba es la suma de las de los dos libros.




Atado a un asiento de avión en un vuelo más allá del infierno.


Este es, quizá, el relato más inverosímil de los cuatro (aunque tres de ellos lo son en gran medida). No digo esto como una crítica, sino para que no se sorprendan cuando les cuente de qué va.

Brian Engle está bajando del vuelo que acaba de pilotar cuando recibe la noticia de que su ex esposa murió en un incendio; así que allá se va él a Boston, a ver cómo lidiar con este evento. Sin embargo, nunca llega a destino: a medio vuelo, la gran mayoría de la tripulación desaparece así como así, y la única prueba de que existen (o existían) que dejan son una montaña de billeteras, clavos de rodillas y una peluca. Los intercomunicadores del avión no funcionan -nada lo hace, con lo que la tripulación se encuentra varada en el medio del aire: un grupo variopinto que incluye a una niña ciega y aterrada, una adolescente con un problema de adicción, un hombre de negocios que debería trabajar en su manejo de la ira, un escritor de ficción, un señor que no sabemos a qué se dedica pero sí que podría ser peligroso si quisiera, una profesora que se dirige a una cita a ciegas en la otra punta del país, y a Al Kaussner, el judío más rápido del oeste, además, claro, de nuestro piloto Engle. 

Se las arreglan para llegar más o menos a un destino relativo, pero al llegar allí se encuentran con que todo está como muerto: el aire no corre, los sonidos llegan amortiguados, la comida es insípida y los fósforos no prenden. Entonces surgen preguntas: ¿Dónde estamos y por qué? ¿Podemos volver al lugar de donde venimos?

Algo que no cesa de sorprenderme de King es su capacidad para crear pequeñas sociedades funcionales en el medio de la nada. Lo vi ya en La niebla (que todavía no reseñé, pero quizá conozcan por la película), y desde entonces lo identifiqué como algo sistemático: con un grupo reducido de personas, logra crear un sistema completo. Aquí no tenemos más de quince personajes, y aún así los problemas que llevan adelante la novela (además, claro está, del asunto clave del avión fantasma) son sociales y relacionales entre ellos: el hombre de negocios que claramente tiene problemas mentales que no asume, el resto que lo ignora todo lo posible porque realmente no sabe manejarlo -o no nota la verdadera gravedad del asunto-, la necesidad de protección para con una niña que tiene, de alguna forma, las cosas mucho más claras que todo el resto, el valor de Al, que sí, es impulsivo, pero es eso mismo lo que los salva en algún punto, así como el liderazgo nato de Nick y el rol casi maternal de Laurel, la profesora (creo que era profesora, aunque podría equivocarme y me disculpo si es así). Las cosas funcionan, encajan, aunque estén varados en el medio de la nada. 

Lo único que no termina de convencerme es la realización física del concepto de la obra, esto es, los mismísimo langoliers. No quiero decirles qué son exactamente porque les arruinaría la lectura, pero sí les voy a decir que es algo más bien conceptual y ambiguo a lo que sólo se le da el nombre que los personajes asumen, aunque esto no significa que sea esto lo que son. Es un enredo, sí. En fin, que yo, personalmente, lo habría llevado distinto, pero a fin de cuentas, yo no soy Stephen King. 

A grandes rasgos, me gustó bastante a pesar de no ser mi favorito de los cuatro. Me encariñé con los personajes, y hubo cosas que me dolieron a pesar de asumirlas como inevitables. 




Atrapado en las profundidades de la peor pesadilla de un autor.


Definitivamente, mi favorito de los cuatro e incluso de lo que he leído del autor. 

A Morton Rainey -Mort para los amigos-, exitoso escritor de ficción, lo visita John Shooter, un extraño de sombrero a quien Mort no ha visto en su vida pero que, de cualquier manera, asegura que el mismo le robó su historia y exige compensación. Mort asume que este señor es un escritor frustrado que nadie quiere publicar, y por ende busca sacar provecho del lío que él mismo arma. Pero Mort tiene pruebas: el relato en cuestión había sido publicado en una revista un año antes del año en que Shooter dice haber escrito la historia, con lo que solo es cuestión de mostrársela para zanjar el asunto, ¿correcto? Correcto, pero eso no va a resultar tan fácil.

Shooter no conoce límites y Mort se rehúsa a recurrir a la ley para solucionar la situación, aún cuando Shooter asesina no solo a su gato sino además a sus dos amigos e incendia la casa de su ex esposa... donde estaba la revista en cuestión. 

Mort tiene que encontrar la solución a este problema, porque los delirios de un extraño están arruinando su vida de manera colosal.

Soy consciente de que suena como un argumento flojo, pero casi toda la importancia la cobra en el último tramo. Las apariciones de Shooter son cada vez más erráticas y caóticas, con mayores consecuencias, y no quiero decir nada más porque se lo voy a arruinar a ustedes y quiero que lo lean. Todos ustedes. Sí, vos también.

En la nota preliminar, King explica que su idea fue conciliar en una misma historia el poder que ejerce la obra sobre el autor y sobre el lector, y lo hace a la perfección, y por eso creo que es casi una lectura obligada para cualquiera que note lo borrosos que son los límites entre la ficción y la realidad.




Descubre el secreto más aterrador que jamás ha escondido un pueblo.


Con este relato volvemos a la inverosimilitud que, creo, un poco caracteriza a King, pero que el autor lleva tan bien. Casi que me lo creí. 

Sam Pebbles se ve obligado, muy a su pesar, a dar un discurso para un evento del club social local, La Noche del Orador. Sin embargo, se figura que si va a hacerlo, mejor hacerlo bien, con lo que, bajo consejo de su secretaria Naomi, se dirige a la biblioteca del pueblo para hacer algo de investigación.

Allí se encuentra con un ambiente francamente espeluznante: techos altos y mala iluminación, pero sobre todo, carteles espantosos en la sala de los niños, advirtiéndoles de forma bastante dura sobre las consecuencias de no tratar los libros con respeto, la más grave de ellas siendo el siempre presente Policía de la biblioteca. A Sam el lugar le da repelús a pesar de no ser un niño, y una vibra igual de mala le produce Ardelia Lortz, la bibliotecaria, a la vez cordial y terrorífica.

El problema comienza cuando al hablar del tema, la gente se rehúsa a hablar de Ardelia, asegurando que el único bibliotecario es el señor Price y nadie más. Se acentúa cuando Sam vuelve a la biblioteca y la encuentra totalmente cambiada en su infrastructura y organización, ademas de no encontrar ni pista de Ardelia, quien, aseguran los asistentes del bibliotecaria, jamás ha administrado esta biblioteca en particular. Entonces Sam pierde los libros y recibe una visita efectiva del tan temido Policía de la biblioteca, la cual hace aflorar una serie de recuerdos que Sam hubiese preferido mantener enterrados.

Sam cuenta solo con la ayuda de Naomi y de Dave el Sucio, un sin techo que conoce el pueblo mejor que nadie, para descubrir el secreto de la biblioteca, su Policía, y Ardelia Lortz. 

Esta es la otra de las dos historias de esta antología que mantienen un aura de normalidad y naturalidad relativa hasta que todo explota. De nuevo, no voy a revelarles este asunto para no arruinárselo. pero estoy más conforme con la resolución de este que con la de Los Langoliers.

Este, sin embargo, es algo más fuerte en el plano real y emotivo. Toca un tema que, creo yo, a nadie le pasa desapercibido como es el abuso infantil, y aunque no es un nudo central de la cuestión, afecta mucho la impresión general que deja.

Mi personaje favorito fue Dave, a quien el secreto de la biblioteca dejó arruinado, alcohólico y en la calle, pero que tiene un corazón enorme y genuino. Me parece que hace un gran trabajo en ilustrar ciertos prejuicios que tenemos como sociedad y como seres humanos y que quizá habría que empezar a dejar de lado.

Es fuerte, es intenso, y me gustó muchísimo, y si le bajo un planetita es solo porque quiero reservar las cinco para la maravilla que es el segundo relato.




Lidia con una bestia que te hará enloquecer. 


Kevin Delevan cumple quince años, y para tal evento sus padres le regalan una Polaroid Sun que, descubren prontamente, está fallada. No puede ser de otra manera, puesto que, no importa a qué se le apunte, la fotografía impresa es siempre la misma: un perro frente a una valla. Kevin Delevan ni tiene perro ni tiene valla, así que asume que es un error de fabricación y lleva la cámara a la tienda de curiosidades y baratijas del pueblo, a sabiendas de que su dueño, Papi Merrill, es quien más idea puede tener acerca de como arreglar la cámara, si es que eso es posible.

Pero Papi ve a algo que Kevin no notaba: la fotografía no es la misma, sino una secuencia tan sutil que a primera vista no se nota. Le encarga entonces a Kevin sacar otras tandas de fotografías para confirmarlo, y entonces se vuelve claro.

Kevin sabe que debería devolver la cámara a Polaroid y conseguir un reembolso, pero no puede deshacerse la idea de que esta es su cámara, y antes debe descubrir qué es lo que esta intenta mostrarle. Sin embargo, no tarda en darse cuenta de que mejor habría sido quedarse con la curiosidad. El perro de la Polaroid parece bastante más vivo de lo que cualquier perro ficticio debería estarlo... y también más enojado.

En otras reseñas leí que a alguna gente le pareció largo en exceso, con demasiado relleno, y pensándolo en retrospectiva, lo cierto es que difiero. No veo ninguna otra manera de que los hechos hubieran podido llevar a donde deberían, aunque si de algo peca este final en particular es de una pequeña cuota de absurdidad. En el entorno de la novela, tiene sentido e incluso hay pistas de ello a lo largo de la historia, pero si se lo extrapola de su contexto... really? Así que como no sé qué pensar, me voy a quedar en darle el visto bueno, porque tiendo a valorar más la lógica interna de la historia que la de mi cerebro. 

La diferencia es que no logré conectar con los personajes del mismo modo que en las otras historias. Desconozco el motivo, pero en ese sentido me dejó un poco fría. Quizá esto sea distinto para aquellos a quienes Castle Rock resulte más familiar, considerando que esta es la historia que da cierre a este pueblo ficticio. 

Aún así, resulta una buena compañía para las otras historias, si bien poco más que eso. 


jueves, 22 de octubre de 2015

IMM #46: Me controlé



¡Hola, perinolas! (Saludo de los IMM por excelencia, y si no se acostumbraron aún lo siento).

Me parecía pertinente, antes de seguir con la (nueva) agenda normal del blog, lo correcto sería mostrarles lo que estuve comprando en ese tiempo, ya saben, ponerlos al tanto.

La verdad es que sigo con pendientes de antes (me refiero a la FILBA 2014 en adelante), así que estuve leyendo bastantes que ya tenía, y por ende, compré poco, porque pensé que estaba derrapando de nuevo... y ahora los junté y vi que no, que me porté más que bien.

Vamos en dos partes:



La cúpula, Las cuatro después de medianoche, Cementerio de animales, La niebla, Todo oscuro, sin estrellas y Cell, todos de Stephen King (obviamente).

Los tomé por sorpresa, sí. Este es un autor que no tenía intención de probar prontamente, pero La Nación sacó una colección como la de Nora Roberts en su momento. La diferencia es que esta vez no me metí a comprar todos los títulos porque no me interesaban todos (la vez pasada tampoco, pero sh). El primero que compré fue Cementerio (que es el que estoy leyendo ahora), después Cell y después La niebla, y agarré este último una tarde de lluvia.

Quizá sepan (y si no, ahora lo saben) que La niebla es un cuento muy largo o una novela muy corta que se publicó en la antología Skeleton Crew, y que en español fue repartida en cuatro libros distintos. En este en particular tenemos, además, dos cuentos, y uno de ellos -El atajo de la señora Todd- fue el que me convenció de volver a probar con el autor.

Agarré entonces Las cuatro después de medianoche (que acá está dividido en dos, pero que en realidad es un solo libro) y el primer relato que leí de los cuatro que lo componen es aún hoy mi favorito de todo lo que leí de King. Este es Ventana secreta, secreto jardín, pero no les quiero contar nada de eso ahora, porque lo voy a hacer en detalle en la reseña.

En fin, que no conozco límites. Cementerio de animales, Cell y La cúpula son novelas corrientes y molientes en lo que a extensión se refiere, y sacando el primero (que, ya dije, es mi actual lectura), los otros todavía no los toqué. La cúpula me asusta, porque es el libro más enorme que jamás haya tocado -sin contar la colección de los Grimm, que obviamente no cuenta-, y todavía no creo que sea el momento. Sin embargo, lo compré porque lo conseguí a bajo precio (historia larga, pero encontré un puesto de feria que se dedica solo a SK y ahí me tomaron el segundo tomo del libro en la edición de Sudamericana -que lo partió en dos- y me descontó el precio de ese que no me servía para nada si no conseguía el primero -que no-, y bueno, baratez). Tiene algunas fallas (por ejemplo, cachos de papel verde) pero eso, curiosamente, no me molesta. Creo que le añade personalidad.

Todo oscuro, sin estrellas, es el último que compré y el que más ganas tengo de agarrar. También es una antología de cuatro relatos yyyyy. YYYYY. Amarle el título.





Acá hay una mezcla particular.

Mitos y leyendas de dragones es de esa colección que empecé cuando era chica pero que ahora está discontinuada, así que cuando encuentro uno de esos (generalmente de saldo) me lo traigo a casa. Por ahora, algunos los está leyendo mi abuela, jaja.

La sangre del Olimpo... es obvio, pero todavía no lo leí, porque alguien *tose y mira mal a Mariana* estuvo leyendo otras cosas, y si lo leo antes la voy a spoilerar y nadie quiere eso. La convenceré a fuerza de Nico Di Angelo.

Las puertas del infierno es uno de mis favoritos de estos, porque lo venía casi comprando a precio normal desde que tengo uso de memoria, y paseándome con Marti por una especie de feria que tengo cerca de la facu lo encontré en perfecto estado y muy muy barato :D

Rosas sin espinas lo había leído prestado (por la misma persona que vengo mencionando hace tres párrafos, pero no lo digo más porque sino después presume) y aunque no me gustó tanto como los otros que leí de la serie o de la autora, lo compré porque la serie completa -en el mismo lugar que los otros-. Todavía me falta Sabor a ti, pero bueno, ya lo solucionaremos.

Brújulas que buscan sonrisas perdidas lo compré en el mismo contexto, por el título, por recomendaciones, por la portada, porque hacía mucho que quería probar al autor, pero sobre todo, por el título. Todavía no lo leí. Je.

Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo ya es reconocidísimo, y lo compré por puro impulso, porque en realidad lo quería en inglés. Pero lo vi en la librería, tan a mano, y como es un standalone, me lo permití. Pinta muy muy muy lindo, así que seguramente lo agarre pronto.

Posdata: te amo lo quise leer desde que vi la peli, hace unos cuantos años, pero no lo conseguía en mis librerías habituales. Un día íbamos a ir a Temaikén con Mamakitten y su novio, y así como llegamos se largó a llover... así que nos fuimos a Galerías Pacífico, y ahí sí estaba. Lo leí, y no sé si me gustó más o menos que la película porque honestamente no la recuerdo.

Memoria es la continuación de Multiverso, y lo disfruté muchísimo a pesar de recordar muy poco del primer título. También pasa que me cae muy muy bien el autor, quien, dicho sea de paso, va a venir a firmar ejemplares a la FILBA de 2016, y quien, además, me noticeó un par de veces en Instagram.

Notice me, senpai *.*

Lo alargué demasiado innecesariamente, mis disculpas jaja.

Así que de esto es probable que vean reseñas en el futuro cercano, además de otros que, como dije, estuve leyendo pero que había comprado antes.

¿Cómo van sus pendientes? Yo creo que lo estoy llevando bastante bien :D


Atomic Kitten, fuera :D

martes, 20 de octubre de 2015

TTT #1: El genio de los libros

¡Buuenos días, muchachos y muchachas!

Hoy inauguramos sección (acá, en este blog, claramente), porque hace meses -quizá incluso años- que tengo ganas de empezarla, pero por un motivo o por otro nunca se daba. Acá estamos \o/


(iniciativa original de The Broke and the Bookish)


Tuve la suerte de que, en nuestra primera semana, me tocó una premisa que me encanta (y que voy a responder sin un orden en particular a partir de la cuarta inclusive):




Primero y principal, porque tengo prioridades: nunca quise tanto nada como quiero un Príncipe Kai. Cuando tenía nueve me topé por primera vez con un ejemplar de cobaya abisino (esos peludos que tienen remolinos por todo el cuerpo) y desde entonces quiero una, pero nunca con tanta fuerza como quiero un Príncipe Kai. Lo quiero tanto que me hace daño.


Soy considerablemente fuerte en lo que a muertes de personaje se trata, pero hay una que no voy a superar jamás. Todos sabemos de quién estoy hablando, pero si no leíste Maze Runner (completa), salteate este párrafo. Hablo, por supuesto, del Nexo (no digamos el nombre, por si hay algún rebelde que se rehúsa a leer salteado). Lo quiero de nuevo, give it back.


Esto no es exactamente bookish, pero cuenta: llevo meses con una contractura impresionante, fruto de una serie de cosas como leer, usar la compu, mala postura y no moverme. If this genie could get rid of it that'd be great.


Hace unos cuantos años, leí un libro oscuro y extraño y que probablemente no debería haber leído a esa edad, porque me causó un trauma que me llevó a esconderlo en el fondo de un estante porque me asustaba solo de verlo. El libro en cuestión era El dueño de las sombras, de Care Santos. Hoy en día, la crisis ha sido superada con éxito, y su único efecto colateral fue la necesidad urgente de leer la secuela de la que me enteré años después, Crypta. Dicha necesidad ha quedado insatisfecha y seguirá así por un tiempo, porque nunca se publicó acá, y en BookDepository no lo tienen. ¡En BookDepository no lo tienen! Genio, plis, habilitame un ejemplar.


Esto que voy a contar es triste, triste, pero tengo la mitad de los libros en la biblioteca y la otra mitad metida en el placard, porque en casa quedó la remodelación a la mitad (long story short, el piso no se puede hacer de nuevo en invierno porque no se seca, o algo así), y hasta que no lo terminemos, todo apunta a que van a seguir así, espantosamente diseminados. Solucionemos esto con una estantería de pared a pared. Nothing fancy (*lies*).


Amo a Booky y todo eso, pero comprar por internet es incómodo. Mejor hagamos que Booky tenga sucursales all over the world. Por ejemplo, una al lado de mi casa. (Y ya sé que hay otras, pero todas suben el precio y me enoja tener que pagar más cuando no es necesario. Sí.)


Creo que todos conocemos esta sensación: venimos siguiendo una saga de forma diligente, colocándolos con amor uno al lado del otro, pero en algún punto Satanás se disfrazó de editor y, frotándose las rojas manos y retorciéndose el bigote, dijo: "Cambien el formato. Saquen las solapas. Cambien el logo, la tipografía, los colores. Háganlo cuatro milímetros más alto; ni uno más, ni uno menos." Y nosotros lloramos, y él se regocijó. Mi deseo es el siguiente: Satanás, stop it.


Necesito que erradiquemos los finales complacentes. No quiero que dejes a todo el mundo contento, autor; no quiero que la protagonista se quede con ambos para que nadie se queje. Quiero que se quede con el que no me gustaba para poder gritarle que eligió mal. ¿¿Cuándo vas a aprender??


Un poco snob, pero acá vamos: me encantaría que la gente no me mire así D: cuando me ve/les cuento que hago anotaciones en mis libros. No lo hago en todos, pero algunos lo ameritan. Es lápiz, se borra; es mi libro, hago lo que quiero; y el día en el que caiga en nuevas manos, creo que es interesante que su próximo dueño sepa qué fue lo que pensó su dueño original sobre él, de la misma forma que yo disfruto leer anotaciones ajenas. #StopGenteQueSeQuejaDeLasAnotaciones2k15.


Ya puestos, que bajen los precios de los libros, que no en vano estoy estudiando Edición y sé de primera mano que los costos de producción no se asemejan un poco a lo que tengo que pagar cada vez que paso por la librería. No queremos pagar el nombre de su editorial, muchachos, córranse.




Estoy gratamente sorprendida de haber llegado a los 10 ítems :D Ojalá pueda ser consistente y no me saltee días y esas cosas, je.


Por otra parte, hablemos un segundo de lo siguiente: puede que hayan notado que modifiqué un poco la disposición del blog. Para empezar, eliminé la columna izquierda y pasé todo (lo que quedó) a la derecha. Por otra parte, saqué también las pestañas de arriba, y ahora pueden encontrar las secciones en el primer widget de la derecha. Tienen ahí un link a la página con los tres catálogos de las reseñas, pero si van a la página de secciones, el banner los lleva a la etiqueta de las reseñas (en lugar de los catálogos). Explicándolo es un enredo, pero si quieren darse una vuelta, van a ver que es más sencillo de lo que parece.

Eso dicho, me voy yendo, que estoy preparando otra entrada para dejar programada, porque los miércoles curso todo el día y llego muerta y no quiero hacer nada. Así que nos estaremos viendo el jueves, quiero creer?

¿Cómo iniciaron sus semanas? ¿Y qué le pedirían ustedes al Genio de los libros? :D

Atomic Kitten, fuera :D